LA ENCANTADORA DE NIÑOS



viernes, 12 de octubre de 2012


Carisma y Lady Croissant
En estos días en la industria de la música ganan ellos, los feos. No hay más que ver a Florida o Pitbull, la cara de atontao de Guetta, los granos adolescentes de Avicci, la hoolligan-expresión de Deadmaus o el frikismo mormón de Kaskade. Y frente a ellos, ellas tienen carisma y unas voces de infarto. Pero se meten con ellas por ser poco convencionales y no responder a la ortodoxia de los canónes estéticos. Es el caso de Robyn y su sueco look ochentero o de la australiana, Ladycroissant, bisexual y hasta hace poco, bipolar (le diagnosticaron que sufría el síndrome de Graves, una enfermedad autoinmune) Sia. No me imagino a Moby rodeado de buenorras insinuantes. 

jueves, 4 de octubre de 2012


Cada vez que escribo se me despierta un poco la locura y me pongo triste o, quizás sea mejor decir,  se me dispara la ansiedad. 
Escribir es sentir delante esa pared densa que tiene la textura de la gelatina a través de la que camino. 
De la forma menos liviana posible. 
Un obstáculo invisible, un freno, a veces feroz, que se me pega a los pies, unos pies que habitualmente se acompañan de zapatillas con alas.
A veces pienso que equivoqué mi profesión. Estoy segura, aunque lo que hago me gusta. 
Los días que escribo, las temporadas que escribo, siento la carga. La mayor parte de las veces recompensada.
Pero me temo que no podría vivir de contemplar los árboles y aprenderme sus nombres, de observar el mundo después de aprender Ikebana, de hacer catas de croissants o de bailar música muy discotequera al anochecer.